TE RECUERDO AMANDA…

Hay días en que las casualidades se vuelven insistentes, días, como el de hoy en que te levantas, pones la radio y suena una canción de alguien que murió antes de que yo naciera. La música y la letra me han perseguido durante todo el día. Los versos, sencillos, tiernos y melancólicos me hacían pensar en los personajes a quien está dedicada la canción: Amanda y Manuel. En cómo se debieron conocer, en la difícil y penosa situación laboral de Manuel y de sus compañeros, que olvidados por el sistema murieron un día en una mugrienta e insegura fábrica, allá por los años sesenta. En qué debió sentir Amanda en esos cinco minutos anteriores a ser consciente de la muerte de su amado…
En el telenoticias del medio día han dado una noticia que me ha dejado atónito. Habían juzgado a uno de los asesinos de Víctor Jara, y de fondo se sentía, de nuevo, “te recuerdo Amanda”. La noticia me ha entristecido, porque las palabras del asesino eran elocuentes y por desgracia, no faltas de razón. Decía que el tenía entonces dieciocho años, que estaba cumpliendo su servicio militar y que los culpables, sus superiores, adultos, conscientes de lo que hacían estaban quedando impunes, mientras que él era una mera e “inocente” cabeza de turco. De nuevo me ha venido a la cabeza la letra y su significado:

"Son cinco, minutos, la vida es eterna sólo en cinco minutos, suena la sirena de vuelta al trabajo, y tú caminando lo iluminas todo, los cinco minutos te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica dónde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo, no importaba nada, ibas a encontrarte con él…
Con él que partió a la sierra, que nunca hizo daño y en cinco minutos quedó destrozado, suena la sirena, de nuevo al trabajo, muchos no volvieron, tampoco Manuel…"

Las palabras de Víctor Jara me hacen recordar lo afortunados que hemos sido la mayoría de las personas. Tú que me lees y yo que lo he escrito. No sabemos lo que es jugarse la vida por algo que debería ser tan sencillo como vivir. Manuel encarna a todos aquellos que jamás volvieron a casa, a todos cuantos ahora marchan sin saber que no volverán al atardecer. Me ha recordado los absolutamente frágiles que somos, lo mucho y a la vez lo poco que hemos evolucionado como especie. El gen primigenio aun nos domina, la necesidad de ser más que el otro antes de que él ocupe nuestro lugar. ¿Qué sentido tiene en nuestra sociedad la subsistencia cuando lo único que nos puede salvar es la cooperación? ¿Tan difícil es Escuchar y Ver, sentir que no se puede cortar por lo sano y que no se puede destruir una flor sin que algo se mueva al otro extremo del mundo?
Si Manuel es el resumen de todos aquellos que no volvieron, que no vuelven y que jamás volverán, Amanda encarna a todos aquellos que aun esperan la asunción de nuestra humanidad, y ello implica entender que no necesitamos competir ni esclavizar a los otros, sino colaborar y darnos tiempo para escucharnos a nosotros mismos, porque sólo escuchándonos, acallando el ruido interior con el que nos hemos acostumbrado a convivir, nos daremos cuenta que la vida es sencilla y que no hay adversarios al acecho, dispuestos a destruirnos, tan sólo seres que están tan asustados como nosotros.

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2 respostes a TE RECUERDO AMANDA…

  1. Josep Mª ha dit:

    M\’encanta l\’última frase……això que és Amanda.Gràcies per escriure aquestes coses.Josep

  2. Ian ha dit:

    doncs qué dir-te amic meu. Gràcies a tu que entens el que vull dir. Tu que em llegeixes i interioritzes les meves paraules dones sentit al que sento. Sí, pot tindre el mateix sentit si ningú em llegís, però tot es perdria dins meu. Necessito compartir-ho i encara que sigui una sola persona, com ara tu, la que ho entengui, em fa feliç. La meva vida no tindria sentit sense la escriptura… Gràcies de nou per compartir amb mi.

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